miércoles, 28 de septiembre de 2016

BULIMIA NERVIOSA

BULIMIA NERVIOSA

Es un trastorno alimenticio que se caracteriza por episodios en los que se ingiere una cantidad excesiva de alimentos, durante los cuales, el sujeto se siente descontrolado y solo se detiene cuando su cuerpo le hace saber que ya no puede soportar más alimento, para paliar con la culpa, a continuación el sujeto intenta compensar sus excesos con una conducta no saludable como la inducción del vómito o la ingesta de laxantes, conductas que consideran le llevarán a perder rápidamente el peso que ha ganado (APA, 2014).


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Imagen 1.- Ingesta alimenticia excesiva y vómito.


Manifestaciones psicológicas (González y Baile, 200):

Emocionales: cambios bruscos del estado de ánimo, depresión, insatisfacción corporal y por la falta de control, autoestima baja, culpa.
Cognitivas: distorsiones que incluyen pensamientos dicotómicos, obsesivos acerca del peso, la comida o la figura, creencias irracionales sobre el cuerpo y desconocimiento acerca de las necesidades de nutrición alimentaria. 
Comportamentales: comer a solas, compra y preparación de alimentos para los atracones, comer mucho y muy rápido, pesarse o medirse mucho, cubrir el cuerpo con ropa amplia, entre otras relacionadas con la comida y el cuerpo. 


NIVELES DEL TRASTORNO

Bulimia nerviosa (ibídem):

  • Leve: entre 1 y 3 episodios de conductas compensatorias inadecuadas a la semana.
  • Moderada: de 4 a 7 sucesos compensatorios inconvenientes en una semana.
  • Grave: de 8 a 13 ocurrencias de comportamientos compensatorios inapropiados por semana.
  • Extrema: 14 o más episodios de conductas compensatorias inapropiadas en la semana.


FACTORES BIOLÓGICOS, PSICOLÓGICOS, DE RIESGO Y PROTECCIÓN. 

Del tipo (ibídem):

  • Temperamentales.- la baja autoestima, las preocupaciones sobre el peso y talla, los síntomas depresivos, el trastorno de ansiedad social y de ansiedad generalizada en la infancia, se vinculan a un mayor riesgo de desarrollar bulimia nerviosa.
  • Ambientales.- los abusos físicos o sexuales en la niñez, el tener un ideal de cuerpo delgado maximizan el riesgo de padecer bulimia nerviosa. 
  • Genéticos y fisiológicos. La obesidad en infantil y la pubertad a edades tempranas incrementan el riesgo. El trastorno puede ser transmitido por algún familiar, y existe también vulnerabilidad debido a los genes. 
  • Comorbilidad psiquiátrica: La existencia de un trastorno psiquiátrico grave implica el empeoramiento a largo plazo de la bulimia nerviosa. 
  • Profesionales: las personas que se desempeñan en profesiones donde el peso y la buena figura son tomadas muy en cuenta, como bailarinas, azafatas, gimnastas, bailarinas(es), modelos (Chinchilla, 2003).
  • Otros: estrés, alteraciones del ánimo, limitaciones en la dieta, aburrimiento, sentimientos negativos acerca del peso, la constitución corporal y los alimentos (APA, 2014). 
  • Factores perpetúan el trastorno: aislamiento social, negación del trastorno, el trastorno dismórfico corporal, preocupación excesiva por la comida y por estar delgado,  autoobservación excesiva y la distorsión cognitiva en general (Ortuño, 2003).


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Imagen 2.-Alteración de la percepción.


Imagen 3.-Preocupación desmedida por el peso corporal.


Imagen 4.- Ideal de cuerpo muy delgado



MANEJO DE LOS FACTORES PSICOLÓGICOS QUE CONTRIBUYEN A LOS DESÓRDENES ALIMENTARIOS

Ante este trastorno mediante una terapia psicológica se tratará de desarrollar en el paciente creencias realistas sobre la imagen corporal y el peso,  instituir un patrón normal de peso, disminuir el descontrol en la ingesta de alimentos, laxantes y vómitos. Mejorar la autoaceptación, el afrontamiento de la ansiedad y el funcionamiento social para con ello favorecer el funcionamiento general del paciente (Sánchez y Sánchez, 1992). 

El tratamiento cognitivo conductual está indicado con una duración aproximada de dos meses, de no existir respuesta, puede que el caso requiera de la intervención psiquiátrica mediante fármacos (Ortuño, 2010). 


EPIDEMIOLOGÍA

La información epidemiológica es difícil de precisar debido a que no todos los casos son reportados, por ello algunos investigadores consideran que la problemática no va en aumento mientras que otros afirman que se está llegando a una proporción epidémica de casos. Aunque las cifras varían entre el 1% y el 20% (Chinchilla, 2003).7

La bulimia nerviosa es mucho más común en las mujeres que en los hombres, se estima que por cada hombre con el padecimiento se reportan 10 mujeres, aunque puede que en las últimas décadas el número de casos en hombres vaya en aumento. La edad media de aparición es a los 20 años (APA, 2014; Chinchilla, 2003, Ortuño, 2010).

El cambio de diagnóstico de bulimia nerviosa inicial a anorexia nerviosa se da  entre un 10 y un 15 % de los casos analizados (APA, 2014). Aproximadamente en la mitad de los casos los pacientes se recuperan por completo (Ortuño, 2010).
En los casos graves que implican malnutrición grave, los pacientes pueden presentar alteraciones cognitivas, como la disminución de la atención y la concentración (Ortuño, 2010). 

El riesgo de mortalidad es significativamente alto, y puede deberse al suicidio o a las consecuencias asociadas al trastorno. La tasa bruta de mortalidad de la bulimia nerviosa es cercana al 2 % por década (APA, 2014).


Imagen 5. Sintomatología de pacientes con bulimia nerviosa


TIPOS DE EVALUACIÓN.

Los sistemas clasificatorios que incluyen la bulimia nerviosa son la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) y la quinta edición de Manual de diagnóstico de los Trastornos Mentales (DSM-5), el cumplimiento de los criterios diagnósticos de estos sistemas, aunados a la recogida de información mediante entrevistas dirigidas al paciente y personas cercanas a él, los autorregistros y los test, constituyen parte importante del protocolo para llegar al diagnóstico de la bulimia nerviosa (González y Baile, 2014)

Instrumentos que suelen ocuparse para evaluar la Bulimia nerviosa (Sánchez y Sánchez, 1992):

  • Test de actitudes ante la comida de Gasner y Garfinkel, 1979.
  • Escala de refreno de Herman y Mack, 1975.
  • Cuestionario de los tres factores ante la comida de Stunkard y Messick, 1985.
  • Cuestionario de Dutch de la conducta de comer de Van Strien, 1986.
  • Inventario de desordenes de la comida Garner, 1983.
  • Escala de Slade, 1973.
  • Autorregistro de cogniciones- efecto- conducta.


ESTRATEGIAS Y PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN

La evidencia empírica ha revelado que la terapia cognitiva conductual estructurada, la psicoeducación, la terapia interpersonal y la terapia psicofarmacológica son formas de intervención benéficas ante los casos de bulimia, de estás, la más eficaz en el control de los ciclos alimenticios y los síntomas cognitivos asociados es la terapia cognitiva-conductual  (González y Baile, 2014).

Un programa destacado de intervención propuesto por Fairburns y sus colaboradores, consiste en una terapia cognitivo-conductual de 3 fases durante 20 sesiones (González y Baile, 2014; Sánchez y Sánchez, 1992):

FASE 1- Establecimiento de la relación y socialización terapéutica, sesiones 1 a la 8: se lleva a cabo el análisis funcional, se intenta establecer una red de apoyo, se describen las consecuencias negativas de seguir usando laxantes y /o induciéndose el vómito. Y se intenta reemplazar los atracones por  un patrón regular de comida y peso, esto mediante técnicas conductuales como autorregistros, control de estímulos, entre otros.

FASE 2- Generación de alternativas cognitivo conductuales sesiones 9 a la 16: Se continúa con el patrón regular de alimentación y peso. Se identifican fuentes de estrés que conllevan al descontrol alimenticio, los pensamientos automáticos, significados personales y conductas asociadas, entonces se proponen y practican alternativas en base a la terapia cognitiva de Beck. La prevención de riesgos y recaídas se basa en el modelo de Marlatt de conductas adictivas. Se realiza la exposición progresiva encubierta a la imagen que se rechaza. Y se aplica entrenamiento asertivo ante situaciones que causan ansiedad, apoyando con el uso de refuerzo diferencial con el apoyo de familiares y amistades.

FASE 3-Prevención de recaídas y seguimiento, sesiones 17 a la 20: se enseñan alternativas de prevención cognitiva y se valoran los resultados y se organiza un seguimiento pos terapéutico.

La terapia interpersonal se centra en las relaciones personales y el estrés, suele manejarse en 3 fases a lo largo de 20 sesiones (González y Baile, 2014):

Fase 1: Se identifica los problemas interpersonales.
Fase 2: Se inicia el cambio en las interacciones y en los aspectos cognitivos y emocionales relacionados.
Fase 3: Se enfoca al mantenimiento de los logros obtenidos y a la prevención de las recaídas.


Video 1.  Anorexia y Bulimia [Youtube]. (2012).





REFERENCIAS

ANDRÉS U.NACIONAL. (Productor). (2012). Anorexia y Bulimia [Youtube]. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=lAxwqHU3PS8

APA. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. DSM-5. España: Panamericana.

Chinchilla, A. (2003). Trastornos de la conducta alimentaria. Recuperado de https://books.google.com.mx/books?id=CuY5it4xhc4C&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false

González, M. Y Baile, J. (2014). Tratando bulimia nerviosa. Técnicas y estrategias. Psicológicas. Recuperado de https://books.google.com.mx/books?id=PIeUBQAAQBAJ&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false

Ortuño, F. (2010). Lecciones de psiquiatría. Recuperado de https://books.google.com.mx/books?id=5uA3NrYgHuIC&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false

Sánchez J. y Sánchez, J. (1992). Manual de psicoterapia cognitiva. Tratamiento de la Anorexia y la Bulimia nerviosa. Recuperado de: http://suayed.ired.unam.mx/pluginfile.php/25852/mod_folder/content/0/Lectura%204.pdf?forcedownload=1














































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